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The Legend of Zelda A Link Between Worlds - Análisis

Nintendo nos trae la secuela de A Link to the Past, The Legend of Zelda: A Link Between Worlds, un título en el que nos toca estrujarnos de nuevo los sesos para superar los distintos desafíos que nos ofrece y del cual os contamos sus detalles en nuestro análisis

Link Between World Análisis
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Un misterioso personaje que se hace llamar Yuga ha transformado a los siete sabios de Hyrule en pinturas y trasladado su espíritu hacia otro mundo, Lorule. Link debe viajar hacia el desconocido territorio de Lorule para poner fin a los maléficos planes de Yuga y restaurar así la paz y la armonía de su hogar.

Durante nuestro viaje nos cruzaremos con viejos conocidos de la saga, como la princesa Zelda, el decano de Kakariko o Sahasrahla, así como con otros personajes nuevos de gran importancia para la trama como el mercader ambulante de Ravio o Hilda, la mística princesa de Lorule.

Completar un juego de Zelda nunca fue sencillo y tampoco lo es en A Link Between Worlds, ya que para conseguirlo tenemos que volver a usar todo nuestro potencial y resolver los numerosos puzles que nos ofrecen, además de combatir a sus terribles enemigos. Por si fuera poco, en esta ocasión tenemos que restaurar el equilibrio de dos reinos, haciendo que todo sea más complejo.

Para poder viajar entre Hyrule y Lorule contamos con un brazalete que, además de ser una de las mayores novedades jugables del título, nos permite transformarnos en un dibujo y desplazarnos por las paredes añadiendo una nueva dimensión a la exploración de mazmorras y a la resolución de puzles. El tiempo que Link puede mimetizarse con las paredes es limitado, por lo que conviene pensarse el siguiente movimiento si no queremos perder vidas.

Este brazalete lo conseguimos, nada más comenzar y como un regalo, en la tienda del mercader de Ravio, que a su vez esconde otras muchas sorpresas. Allí se pueden alquilar objetos claves en cualquier momento del juego, dándonos una mayor libertad a la hora de explorar mazmorras en el orden que prefiramos a lo largo de la historia. Si en cualquier momento acaban con nuestra vida perdemos todos los objetos que hayamos alquilado. Más adelante todos ellos se pueden comprar a un precio más elevado, pero los tendremos para siempre. Objetos como el Báculo del Tornado, que permite flotar para avanzar, un Arco, para disparar a distancia, o el Cetro de Hielo, con el que podemos congelar enemigos, nos ayudan a avanzar en la aventura.

Si no llevamos el objeto necesario para completar una mazmorra antes de adentrarnos muchas veces bloquean nuestro camino, indicando también en un cartel en la entrada los objetos que necesitamos para completarla y evitando así que estemos perdiendo el tiempo en su interior buscando como llegar a una zona inaccesible.

Existen estatuas de guardado que nos permiten viajar rápidamente entre las que estén activadas sin perder el tiempo en largos recorridos a pie.

En esta ocasión manejamos a Link con los controles clásicos, sirviendo la pantalla táctil como mapa e inventario para intercambiar las distintas herramientas de una forma más sencilla y eficaz.

Si en algún momento nos perdemos podemos recurrir a la ayuda de una adivina que nos guía hasta el siguiente objetivo. También podemos utilizar las monedas conseguidas mediante Streetpass, combatiendo contra Links Oscuros, para comprar pistas que nos ayudan a solucionarán puzles que están complicando nuestro avance.
Un detalle que no nos ha acabado de convencer es que contamos con flechas y bombas infinitas, gastando solo una barra que acaba rellenándose tras esperar un tiempo. Esto hace que podamos gastar las que queramos sin que tengamos que pensar en las consecuencias. No es un título muy complicado para los que estén habituados a la franquicia, siendo el mundo de Lorule el más difícil y con enemigos más poderosos.

Además de las misiones principales de la historia, encontramos submisiones y una gran variedad de minijuegos que nos sirven para conseguir rupias, con las que comprar en las tiendas, o contenedores de corazón que nos facilitarán los combates contra los enemigos más poderosos.

Por si fuera poco, al completar la historia principal se desbloqueará el modo Héroe, donde nuestro protagonista recibe más daño al ser atacado por los enemigos y encontramos algunas sorpresas ocultas.

Gráficamente conserva la vista cenital de los títulos más antiguos de la saga, recreando los mismos escenarios que había en “A Link to the Past” pero esta vez con gráficos tridimensionales y mejorados, además de añadir otros nuevos, con un efecto 3D muy conseguido que nos ayuda a diferenciar las distintas alturas del escenario.

Su banda sonora también recicla canciones de su precuela, aunque esta vez totalmente orquestales, e incluye otras completamente nuevas que no desentonan en absoluto con las anteriores.

En conclusión, The Legend of Zelda: A Link Between Worlds es un gran título que gana profundidad en la resolución de puzles y exploración gracias al brazalete, que hace que nos tengamos que pensar muy bien nuestro próximo movimiento ya que no podemos utilizar el poder por tiempo ilimitado. No es un título muy complicado, resultándole bastante sencillo a los que estén habituados a la saga.

Jugablemente sigue siendo tan bueno como siempre, aunque no nos ha gustado el detalle de sustituir el número de objetos por una barra que se rellena automáticamente con el tiempo ya que le resta dificultad al título.

Gráficamente conserva la vista que caracterizó a los primeros títulos de la franquicia, pero con un lavado de cara que lo adapta a la actualidad y con un efecto 3D muy logrado que hace que se distingan muy bien las distintas profundidades del escenario.
En el apartado sonoro destacan mucho las melodías, muy logradas tanto en las versiones de las canciones clásicas como en las nuevas.

Un juego muy recomendado para los seguidores de Link y sus aventuras, además de para aquellos que quieran iniciarse en la saga.

Sociedad de la información
Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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