Ryse Son of Rome - Análisis
Ryse Son of Rome fue sin duda uno de los títulos que más logro captar la atención desde que fue anunciando para Xbox One, y ahora que ha salido a la venta coincidiendo con el lanzamiento de esta nueva consola, llega la hora de su vídeo análisis
Comenzando por la trama, esta nos pone en la piel de Marius Titus, un soldado romano que ha jurado vengar la muerte de su familia y restaurar el honor de Roma después de que las hordas barbarás lancen un devastador ataque que amenaza todo el imperio, narrándose la mayor parte de la historia a modo de flashback en la que poco a poco iremos develando más detalles relacionados con el pasado reciente de nuestro protagonista.
Entrando en la jugabilidad, el título es un Beat'em Up en toda regla con un desarrollo completamente lineal en el que básicamente todo se reduce a avanzar por el escenario eliminado a los enemigos que se crucen en nuestro camino, sin que haya nada más que se aleje de esa dinámica.
En este sentido el sistema de combate es bastante sencillo, estando basado en el uso de dos botones para atacar, y otro para bloquear, siendo este último el más importante, ya que si un enemigo nos ataca por la espalda o desde cualquier otra dirección y pulsamos el botón en el momento justo, lograremos detener su ataque y pasaremos a contraatacarle.
Además cuando un enemigo esté a punto de ser derrotado aparecerá una calavera sobre su cabeza lo que nos indica que podemos realizar una ejecución, teniendo que apretar en ese instante el gatillo derecho para seguidamente llevar a cabo un Quick Time Event en el que según el color que rodee la silueta del enemigo deberemos pulsar un botón un otro, si bien hay que aclarar que si fallamos no pasará absolutamente nada, ya que las ejecuciones siempre se realizarán correctamente, siendo la única diferencia el que en ese caso de no equivocarnos con los botones podremos recuperar salud u obtener otro tipo de bonificaciones.
Asimismo nuestro personaje también puede rodar para esquivar ataques, y junto a su barra de vida tenemos una segunda barra denominada Focus con la que podemos hacer uso de una habilidad especial que aturdirá a todos los enemigos a nuestro alrededor y ralentizará la acción unos pocos segundos, lo que nos permitirá atacarles sin que estos puedan apenas defenderse.
A todo ello hay que sumar que a medida que juguemos iremos ganando puntos de experiencia con los que podremos comprar mejoras para nuestras habilidades, estando estas divididas en 4 categorías, Salud, Foco, Ganancia, y Combate, siendo algo un tanto llamativo el que también es posible adquirir estas mejoras de manera rápida usando monedas de Oro que podremos comprar con dinero real.
De igual forma también os contamos que en determinados momentos la mecánica variará ligeramente, ya que en ocasiones disparemos flechas con un escorpión romano, mientras que en otros avanzaremos junto a nuestras unidades en la clásica formación de tortuga, pudiendo así usar los escudos para protegernos de los arqueros enemigos, aunque todo esto no deja de ser puramente anecdótico.
Pasando al apartado técnico, es sin duda el gran punto fuerte de Ryse Son of Rome, y de hecho es en donde recae casi todo el peso de su atractivo, y tanto es así que podríamos afirmar que se tratar del juego con mejores gráficos que hemos visto hasta ahora en una consola y no en vano es el primer título en hacer uso de la cuarta generación del potente motor CryEngine, desatancado tanto por el gran nivel de detalle de los escenarios, como sobre todo por el increíble modelado de los personajes, los cuales parecen casi reales, habiendo que hacer también mención especial el sorprendente realismo de las armaduras y como estas reflejan la iluminación, algo que igualmente veremos en el agua y en muchos otros elementos del entorno.
Además para aumentar aún más esta espectacularidad, el juego ha sido completamente doblado al español, contando este también con unos muy buenos efectos de sonidos y unas melodías musicales bastante acordes con la temática del título.
Sin embargo no todo es perfecto, ya que uno de sus principales problemas es la gran repetitividad y poca variedad de los enemigos, los cuales apenas variaran su aspecto lo más mínimo a lo largo de la aventura, lo que nos transmitirá la sensación de estar luchando contra todo un ejército de clones matando una y otra vez a los mismos personajes, y si bien esto es algo común en casi todos los videojuegos, al tratarse de un título de una calidad visual tan elevada esta vez nos ha costado mucho más el poder asimilarlo sin que nos resulte extraño y fuera de lugar.
Asimismo otro inconveniente es que el juego no es excesivamente largo, ya que solo tiene 8 fases las cuales se desarrollan en dos localizaciones, Roma y Britania, siendo más que suficientes unas 7 u 8 horas para completar la aventura la cual eso si puede ser jugada en hasta 4 niveles de dificultad.
Por suerte para paliar esta escasez en su duración, el título también nos ofrece un modo llamado Gladiador, tratándose de una modalidad que se puede jugar tanto de forma cooperativa por dos jugadores a través de internet, como en solitario, situándonos esta en diversa arenas de combate en las deberemos enfrentarnos a varias oleadas de enemigos, siendo posible también aquí ganar experiencia e ir comprando mejoras para el personaje, aunque lamentablemente tal y como ocurre en la campaña los combates resultan sumamente repetitivos, siendo en general un modo de juego que pasará bastante desapercibido, más aún si tenemos en cuenta que los gráficos son ligeramente inferiores a los del modo historia.
En conclusión, Ryse Son of Rome es todo un espectáculo visual, haciendo gala de una excepcional calidad gráfica que pone de manifiesto con creces el enorme potencial técnico que posee la nueva consola de Microsoft, siendo un título ideal si queréis sorprender a vuestros amigos mostrándoles el gran salto generacional que trae consigo Xbox One.
Aunque por contra la jugabilidad del título resulta demasiado simple y monótona, tanto por la linealidad del desarrollo, como por la repetitividad de las combates sumado a su poca profundidad, y de igual modo la trama argumental es algo floja, lo que hace que todo este gran despliegue visual termine cayendo en saco roto, no habiendo logrado cumplir con las expectativas que se habían puesto en él.