Knack - Análisis
Sony nos presenta el primer juego de acción con toques de plataforma para PlayStation 4, Knack, que ha sido desarrollado por Japan Studios bajo el mandato de Mark Cerny y del cual os contamos todos sus detalles en nuestro análisis
Su historia nos pone en el papel de Knack, un insólito héroe al que la humanidad ha tenido que recurrir para que la defienda de la peligrosa amenaza de los goblins. Knack solo mide un metro de alto pero, gracias al poder de unas misteriosas reliquias antiguas, puede transformarse en una poderosa bestia o incluso en una gigantesca máquina de destrucción. Un argumento bastante simple y más orientado al público infantil.
Al comenzar tenemos que demostrar nuestra valía a los mayores mandatarios humanos, superando toda clase de pruebas que nos servirán para aprender sus movimientos a modo de tutorial. Tras completarlas comienza nuestro viaje por diversos escenarios a través de trece capítulos bastante lineales en los que prima la acción sobre las plataformas.
Estos escenarios, que contienen algunas zonas ocultas que no son complicadas de localizar, esconden pequeños secretos. Nuestro protagonista tiene controles simplificados que se adaptan a todos los públicos, limitándose sobre todo a golpear, saltar y esquivar. Sus poderes nos ayudan a atravesar zonas que de otra forma no pueden ser superadas.
La mecánica jugable es muy simple y repetitiva, limitándose a avanzar hasta una zona plagada de enemigos, derrotarlos y avanzar hasta el siguiente lugar. Knack cuenta con poderes especiales que nos ayudarán en los momentos más complicados, por lo que conviene no abusar de ellos. Para rellenar esta barra tenemos que recoger piedras solares que están repartidas por el escenario.
Tenemos que destruir objetos que encontramos por el escenario para obtener más piezas y aumentar el tamaño de Knack, para que su poder destructivo y resistencia sea superior a medida que avanza la historia del juego. Estas piezas están hechas de distintos materiales que afectarán a la jugabilidad tales como la madera, con la que recibimos más daño de los goblins al lanzar flechas de fuego. También cuenta con pequeños puzles de escasa dificultad, como la activación de palancas para abrir puertas.
Existen reliquias especiales que sirven para transformar a Knack en nuevas versiones que le añaden características a la hora de rejugar las distintas fases, tales como mayor fuerza o defensa.
Aunque no es un juego difícil el diseño de los niveles en ocasiones hace que morir sea inevitable al menos una vez, ya sea por obstáculos que aparecen repentinamente o caídas difíciles de evitar en ciertos momentos.
Las fases son bastante largas y a veces los checkpoints se encuentran muy alejados unos de otros, haciendo que tengamos que repetir algunas secciones y se nos haga algo repetitivo. A los jugadores más experimentados les recomendamos jugar en su máxima dificultad, haciendo que los combates sean un poco más desafiantes.
Los enemigos son bastante genéricos, cambiando solo pequeños detalles de su aspecto y sin apenas modificar movimientos a medida que visitamos nuevos escenarios. Por suerte, también encontramos jefes finales que son más variados y le dan algo de gracia a los combates, con distintas mecánicas que los hacen más entretenidos.
Como curiosidad incluye un modo cooperativo local hasta para dos jugadores, que nos permite disfrutar de la aventura en compañía, haciendo que sea bastante más sencillo a la hora de luchar.
En contadas ocasiones, la cámara da problemas y nos impide ver con claridad lo que sucede en el escenario, algo que resulta molesto durante las batallas.
Gráficamente tiene unos personajes muy cuidados similares a los vistos en las películas de animación y niveles muy dispares entre sí, destacando sobre todo los escenarios naturales. Los urbanos no están muy detallados, son simples y están muy vacios, además de contar con elementos bastante repetitivos.
Sin embargo, los naturales se muestran más vivos, con montones de detalles que reaccionan a los efectos climáticos y mucho más llamativos en cuanto a diseño. La parte más llamativa, y que aprovecha las nuevas características de PS4, son los efectos de partículas, en la que destaca sobre todo el protagonista Knack.
Su apartado sonoro cuenta con un logradísimo doblaje al castellano y aunque las melodías acompañan muy bien a las distintas fases, no destacan en nada y son bastante genéricas.
En conclusión, Knack es un título de acción y plataformas pensado para el público infantil, con diseños y un estilo gráfico más propio de las películas de animación, y con una dificultad bastante ajustada. Su mecánica, a medida que avanzamos en la aventura, se vuelve muy repetitiva y se echan en falta más variedad de enemigos. Esconde algunos secretos y la posibilidad de rejugar los niveles con distintas clases de Knack.
En su apartado gráfico encontramos un logrado sistema de partículas para el protagonista, aunque en los escenarios solo algunas partes sean destructibles, y niveles que destacan en sus espacios naturales, mostrándose más detallados y amplios.
El doblaje al castellano está muy conseguido y las melodías, aunque genéricas, no desentonan en absoluto con la aventura.
Knack es un título para ser disfrutado en familia, sobre todo gracias a su modo multijugador local, pero que tiene numerosas carencias que podían haber hecho de él un mucho más apetecible para los jugadores más experimentados.